Colonización francesa en el sur de Chile

La historia de los colonos franceses llegados a Chile en el Siglo 19 a la zona sur de Chile: Se produjo la llegada de colonos extranjeros, principalmente; suizos, alemanes, italianos, españoles y franceses, en lo que fue un proceso estimulado desde el Gobierno central en época de Bulnes y con la ayuda de sus agentes de colonización; no obstante, y con posterioridad, fueron llegando colonos de otras nacionalidades y sin apoyo institucional. En el proceso de reorganización del territorio, mientras a los mapuches se les derivó a reducciones en sectores costeros y precordilleranos principalmente, "los colonos ocuparon gran parte del llano, el sector más rico y productivo".

 

Los alemanes se situaron preferentemente en la zona de Temuco y en Victoria, junto a los suizos e ingleses. También se asentaron suizos en Traiguén, Purén, Pitrufquén, Lautaro y Galvarino, compartiendo Traiguén con los franceses e ingleses. Más delimitados estuvieron los holandeses en el sector de Boroa. Hugo Carrasco destaca la invisibilización del grupo de españoles que llega, en tanto se le asimila a una prolongación del criollismo y del mestizaje después. Pero subsisten en la región desde antaño como colonia organizada.Los alemanes que primero arribaron lo habrían hecho a Talcahuano y vinieron en el Liverpool, en 1885. Luego convocarán a amigos y parientes, en el tradicional enganche de buenas noticias y expectativas, de las que ellos ya se sentían beneficiarios. Los suizos, por su parte, llegan en un número no menor a 140 familias que se ubican inicialmente en Victoria para después extenderse a distintas localidades, incluido Temuco. Algunas de estas familias emigrarán luego a Argentina. Ya en 1887, fundarán en Victoria la Sociedad Suiza de Socorro y en Traiguén, Ercilla, Quino, Galvarino, Purén y Quechereguas, sociedades de socorro mutuo, para generar una red de apoyo en caso de emergencias. La comunidad francesa inmigrante, por diversas dificultades aleatorias, debió quedarse en Lautaro en un primer momento. Luego se desplazaron a los campos aledaños a Traiguén y a los centros urbanos de la provincia de Cautín. En general, la integración de los franceses aparece en la historia como un proceso más fluido a causa de las mayores afinidades lingüísticas y contactos culturales anteriores, además de coincidir en la opción religiosa católica a diferencia de alemanes y suizos de opción protestante.

 

TRAIGUEN EN SUS PRIMEROS AÑOS

Junto con la avanzada militar, llegaron también numerosos civiles quienes venían con el ánimo de establecerse en la nueva comarca. Durante la primera época el trabajo fue intenso; despejar el terreno, construir la empalizada y los fosos del fortín, instalar el Telégrafo, construir los rancheríos para albergar a los recién llegados; trazar el plano de la futura ciudad; ubicar las aguadas, acumular leña, distribuir las tareas, etc.

Al pie del cerro "Chumay" existía una laguna que más tarde se llamó "Laguna de los Cueros", y lo que hoy es la plaza de armas, era un lodazal impasable. El paisaje era en general boscoso con excepción del sector norte, el cual se presentaba como un llano bastante despejado, solo poblado por algunos matorrales y algunos huallizales.

Se trabajaba febrilmente y se mantenía la alerta ante cualquier ataque indígena, los cuales por mucho tiempo se fueron repitiendo, ya que estos no se resignaban a poner término a una lucha que se prolongaba por más de 350 años.

Lentamente fueron llegando al aún inestables Traiguén, hombres, mujeres y niños que provenían desde apartados puntos del territorio. En poco tiempo la futura ciudad era un rancherío que crecía con asombrosa rapidez.

Surgen las primeras industrias, comercio y servicios, al mismo tiempo que comienza el desarrollo de una incipiente ganadería y agricultura, en los sectores más cercanos al emplazamiento militar.

Los medios de transporte eran únicamente los caballos y las carretas tirada por bueyes; se viajaba en caravanas a fin de proteger mejor a las personas de los permanentes asaltos de los mapuches y de los forajidos que abundaban en la región.

La ciudad propiamente tal, fue dividida en 80 manzanas y estas en sitios, los cuales fueron entregados a los interesados para que en ellos instalasen sus viviendas. A las primeras calles se les dio el nombre de aquellos soldados que habían participado en la Guerra del Pacífico.

La vida en general era ruda, sin embargo la tierra era promisoria.

Hombre clave en este proceso, antes durante y después de la fundación de Traiguén, fue Don José Bunster, quien con su inteligencia y tesón creó un vasto complejo industrial, comercial y agrícola que trajo progreso a toda la región de La Frontera.

Hacia 1883, llegan a Traiguén los primeros colonos Europeos que conforme al primitivo plan esbozado por Don Cornelio Saavedra, venían a afianzar con su presencia y trabajo la obra pacificadora y el despegue económico del nuevo territorio.

Suizos, Franceses, Ingleses, Españoles, Portugueses, Austríacos y hasta Rusos vinieron desde lejanas tierras, dejando todo tras de sí, en busca de mejores horizontes para sus familias. Estos se ubicaron en Quechereguas, Choque-Choque, Quino, Chanco, Tricauco y Galvarino.

A los pocos años ya se podían apreciar los primeros frutos obtenidos por esta gente de esfuerzo y sacrificio, todos los cuales trabajaron arduamente, hasta conseguir el bienestar para los suyos, sin importar su lucha en contra de una naturaleza hostil y de los continuos ataques de que eran víctimas.

Este mismo año (1883), don José Busnter había instalado en la ciudad el molino, que fue el primero de cilindros construido íntegramente en Chile, uno de los primeros de su tipo en Sudamérica y el primero que funcionó con energía hidroeléctrica, el cual por añadidura entregaba electricidad para el alumbrado público para la población.

El 12 de Marzo de 1887 se le confirió a Traiguén el Título de ciudad. A fines de este mismo año, comenzó sus funciones la primera Municipalidad, presidida por el Gobernador don Teodosio Muñoz, ocupando el cargo de primer Alcalde don Juan Manuel Manríquez, apellido ilustre y legendario del nuevo Arauco.

Hacia 1889 llegó el Ferrocarril, el cual unió a los habitantes de la ciudad con el resto del país en forma permanente y sin riesgos para los viajeros.

Las casas comerciales más prestigiosas e importantes abrían sucursales, se creaban grandes industrias y prácticamente a diaria llegaban grupos de personas a establecerse en esta verdadera y nueva California.

Con el traspaso de las tierras fiscales a particulares por la vía de los remates, se fue dando origen a grandes fundos en los alrededores, cuyas inmensas producciones le valieron a Traiguén el título de "Granero de Chile", al cual se hizo acreedor por muchos años.

Se construyeron en aquellos años en Traiguén, inmensas Bodegas para almacenar el trigo, desvíos ferroviarios, miles de viviendas campesinas, hoteles, iglesias y oficinas públicas.

Hacia fines del siglo operaban en Traiguén varios Bancos, entre los cuales destacaba el "Banco de José Bunster", el primer Banco de emisión de la Frontera y uno de los más antiguos del país.

Mas tarde (1901), se colocó en funcionamiento el primer ferrocarril eléctrico de Sudamérica que hacía el trayecto entre el molino "El Globo" y la estación de ferrocarriles del estado, transportando carga y pasajeros.

Paulatinamente las aceras de gruesos tablones de robles y las calles de tierra se fueron transformando en avenidas de adoquines; se sumó el alumbrado público, el cual era entregado en concesión municipal e empresas particulares y se instala la red de alcantarillado por una sociedad formada por los propios usuarios.

Inversionistas de todo el país ponen sus ojos en esta pujante ciudad y sus capitales llegaban en un flujo permanente, acrecentando la producción y por consiguiente el bienestar de los Traigueninos.

El periodismo apoyándose en el activo comercio y en los abundante hechos políticos de la época, también tienen una agitada vida, perpetuando en sus páginas la historia de esta naciente ciudad.

Desde sus comienzos, los habitantes de la joven ciudad dieron también especial importancia a la educación de sus hijos, primero a través de "preceptores" particulares y de pequeños colegios, para luego sumarse Liceos y colegios de las colonias residentes. Además, se desarrollaron actividades industriales en el sector de muebles, y de tejas y ladrillos. Es así, como se crearon la Fábrica de Muebles Traiguén, y la Fàbrica Nacional de Tejas y Ladrillos (ambas actualmente vigentes). Con la llegada de los colonos franceses a la región, establecieron el primer colegio francés de Chile. Es así como se creó la Alianza Francesa "Louis Pasteur", y que permitió mantener el desarrollo de la cultura francesa entre los colonos, e incorporar también a ciudadanos chilenos de la zona.

...Así transcurrieron los primeros años de vida.

 

 

Puedes encontrar mencionados a los Naour como residentes en Quino en el libro de M. Vega E., Album de la colonie française au Chili, Imprimerie et Lithographie, Franco-Chilienne, Santiago, 1904.